jueves, 26 de febrero de 2009

Let Yourself Go

Y se sorprendió al ver el castillo en penumbra.

Cuando había entrado al bosque aún era de día, no sabia que tantas horas estuvo caminando en la oscuridad, rodeada de miradas de extraños, vulnerable al ataque de cualquier criatura viviente, incluso de una semi-muerta.

Y todo para que…para poder averiguar si era verdad esa leyenda.

Que detrás de esas puertas de madera podrida y mohosa, en esas habitaciones frías donde el aire es denso y no pasa halo de luz, que ahí…ahí todavía vivía él.

Y desacelero el paso, anonadada por la imponente visión delante de ella, era una fortaleza. Muros y muros se alzaban feroces y 3 torres desde el cielo observaban sigilosas. Gárgolas por doquier y pajarracos del tamaño de un perro revoloteaban y graznaban, manteniéndola atenta, la luz de Luna lo invadía casi todo, sin embargo no había estrellas esa noche.

No paso mucho tiempo para que llegara al foso vacio que rodeaba al castillo.

Habían pasado décadas, tal vez siglos desde que alguien se atreviera, si quiera, a acercarse a ese lado del bosque.

Y se sentó en el borde del hueco que ahora era lo que antes fue el mas maravilloso foso, se decía que estaba lleno de cocodrilos y criaturas inimaginables, y enfocando lo más que pudo la vista, como gato en cornisa, y gracias a la luna llena, pudo alcanzar a ver un pequeño agujero que al parecer daba al interior. Dudo…pero al final con paso vacilante se introdujo en él…

1 comentario:

  1. Me hipnotizó tu historia Anie, por un segundo me imaginé esa vieja fortaleza de noche y estuve junto a tu protagonista. Yo siempre he dicho que escribes tan bien o mejor que yo. Sigue escribiendo por que así vas a mejorar muchísimo. :3

    Saludos!

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